Si has recibido como regalo una planta, agradécelo manteniéndola viva, y esto demanda de mucho cuidado, por lo que debe ser tratada como lo que es: un ser vivo.
Ya en tu hogar, la planta demanda cuidados sencillos pero esmerados. Debe recibir luz, pero no los rayos del sol directamente. Necesita humedad, pero sin un riego excesivo que llegue a destruir la raíz. Son sensibles a las corrientes de aire por lo que deben estar protegida de ráfagas fuertes que partan sus ramas.
Mover la planta de un lugar a otro puede perjudicarla, es bueno encontrarle un lugar estable para que ella se adapte al ambiente del nuevo hogar. Es útil aprovechar los cascarones de huevo triturados y enterrados alrededor del tallo.
Las plantas son limpias. Es bueno pasar por sus hojas un paño muy suave y húmedo para eliminar el polvo. Así respirarán mejor. No puede olvidarse que este ser vivo necesita cuidados y es un hermoso regalo, sobre todo de la naturaleza.
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