Qué buscamos los hombres en una primera cita

Ánimo chicos, las páginas de contacto para parejas están llenas de chicas dispuestas a acabar con la monotonía y dejarse llevar por una relación ardiente, esto nos viene perfecto a todos, sin dudas. Lo malo es que, ¡ellas desean una aventura más prolongada!

¿A qué me refiero? Es muy fácil de entender, aunque os digan que solo quieren una cita única, que con una noche ardiente se sentirán plenas y que no quieren comprometerse a nada, sino solo diversión efímera, no le hagáis mucho caso, casi todas, ¡fijaos bien!, casi todas, quieren prolongar después los encuentros. Si creemos en ellas estamos fatal, porque tienen artes especiales para amarrarnos sin que lo sintamos.

Por supuesto, esto es un problema, porque una vez que nos reunimos con la misma chica dos o tres veces, es increíble cómo quieren continuar e ir a más, y llega el momento de que no les basta la cita sexual para la cama, quieren ir de viajes, disfrutar una cena, salir de copas varias veces, en fin, que poco a poco nos vamos enrollando en sus deseos y después es difícil poner fin.

Para nosotros no es un secreto lo que buscamos en cada cita, pues rara vez acudimos a estas aventuras con un propósito a largo plazo. La mayoría solo buscamos unas horas  de  locura que no tenemos en casa ni con nuestra pareja habitual.

También necesitamos ser un poco promiscuos, ¡sin dudas que es la leche!, porque no hay nada más insoportable que  una relación en la que siempre esté la misma mujer, en la misma cama. El cambio, el nuevo incentivo, diferentes sensaciones y juegos sexuales siempre serán el motivo por el que el acudimos a una cita sexual.

Evitemos complicarnos la vida, no son pocos los que han visto peligrar su vida diaria con una mujer que aparentemente solo quería sexo y nada de complicaciones, cuando en el fondo lo único que tramaba era mantenernos junto a ella y deteriorar nuestra tranquilidad. Ya os sabéis de qué va esto del ligue, si pueden demorar la cita, háganlo, y cuando os vayáis a ella, no hablen mucho sobre su interioridades, jamás decir quiénes son realmente ni dónde viven, darles sexo sin control y déjenlas ir, es un consejo sabio de amigos.