Por qué colocamos pirsin en los genitales

El pirsin erótico tiene dos finalidades, embellecer el cuerpo y ofrecer mayor placer en la relación sexual o durante la masturbación.

Llamar la atención a otras personas sobre la zona perforada del cuerpo, es ya un hecho ego centrista que quiere atraer las miradas hacia sí, y si se une a la búsqueda de la estimulación y laexcitación más intensa, no hay dudas de que estos pequeños objetos colocados en las partes más sensibles al erotismo, son una combinación potente para quienes piensan en el sexo como la fuerza de sus vidas.

Quiénes los llevan, aseguran que las sensaciones eróticas que experimentan son indescriptibles, y solo sintiéndolas se puede llegar a conocer bien las ventajas de esa decisión. Queda otra parte, que es el momento de perforar la piel y colocarlos, y para estos pasos también afirman que no es nada peligroso, porque no es doloroso. Por supuesto, los realizan quienes tienen todo tipo de precaución, utilizan anestesias y pinzas y agujas bien esterilizadas.

Al contrario de lo que pueda parecer, que el placer que se recibe por un pinchazo momentáneo trae consecuencias dolorosas, quienes se dedican a colocarlos y quienes lo llevan aceptan el reto de muy buena manera, sin pensar en complicaciones ni dolores, y sí pensando solo en el placer morboso de llevarlos.

Por otra parte, expertos sexólogos reconocen que el tener un trozo de metal en las zonas erógenas del cuerpo no provoca en sí un aumento del deseo sexual, más bien es un acto de percepción. Si estamos continuamente pensando qué es lo que llevamos en el pezón o en el glande, por poner un ejemplo, se puede despertar la libido en cualquier momento. Otra cosa es el roce de la ropa, que provoca continuamente la estimulación si se piensa en ello.

También excita mucho a quien lo porta el ser mirado, pues el contacto visual, aún no llevando ningún pirsin, despierta el erotismo, por lo que saciar un apetito sexual portándolo es mucho mayor. Por otro lado, está el momento de la estimulación de la piel perforada que lleva colocada un pirsin, pues tocarlo y estimularlo, el lamer o acariciar un pezón perforado o el pene, los continuos roces de la piel con la joyería sexual, el sexo oral que succiona cada parte erógena, incrementan sin dudas las sensaciones de placer.