Es raro encontrar en una familia quien no desee cultivar plantas en interiores de su casa. Si este es tu caso, anota algunos consejos que te serán de buena utilidad.
Puedes formar tu pequeño jardín de dos formas: partiendo de semillas o trasplantando las posturas. En este último caso, aclimátalas unos días a su nueva ubicación antes de mudarla a una nueva maceta.
Luego ten en cuenta una condición básica: el buen drenaje. El agua no puede quedarse estancada, sino filtrar uniformemente. Para conseguirlo, coloca en el fondo de la vasija una capa de piedras pequeñas. Así aseguras que el agua no pudra las raíces.
Cada cierto tiempo abona la tierra. Para ello puedes utilizar cáscaras de papa, agua de lavar el arroz, cáscaras de huevos trituradas, tierra fresca, o algunos productos naturales que se encuentran en el mercado.
Y no olvides nunca que la falta de luz, de aire y la atmósfera cargada de polvo dificultan los procesos de transpiración y respiración en la vida de las plantas.
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