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Los romanos poseían un rasgo admirable nada discutible en los tiempos del imperio: su fidelidad. Aún en tiempos de las guerras civiles, muy pocos...

Los romanos poseían un rasgo admirable nada discutible en los tiempos del imperio: su fidelidad.

Aún en tiempos de las guerras civiles, muy pocos romanos se unieron a los enemigos, y peleaban hasta el final pues no era concebida la derrotada bajo ningún pretexto.

Y tanta fidelidad quedó demostrada cuando los excavadores encontraron el cuerpo de un centinela en posición de guardia al lado de la puerta de ciudad de Pompeya arrasada por la explosión del volcán Vesubio. De haberse hablado en aquel año 79  de aquel hecho, no hubiera resultado interesante, pues nadie dudaba que un soldado romano debía permanecer en su puesto hasta que fuera relevado, o encontrado muerto.

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