Sobre el macizo montañoso de los Picos de Europa, se encuentra este Parque Nacional español conocido también como Covadonga, lugar sagrado desde tiempos remotos por sus pobladores.
Son tres picos los que se pueden observar a distancia, pero recorriendo sus cumbres se aprecia toda la maravilla del terreno, donde se encuentran dolinas, valles ciegos, gargantas profundas, y por supuesto, al ser una zona montañosa tiene la posibilidad de contar con oquedades que penetran el suelo y se internan en lo profundo con maravillosas formas.
Los celtas, quienes ocuparon una parte de la región asturiana hace ya muchos siglos, admiraron los Picos de Europa y le confirieron un lugar sagrado en sus cultos. Para esas tribus, las que consideraban que la naturaleza poseía el poder de los dioses, creían que su Dios Vindius vivía en el macizo montañoso.
Pero mucho después siguió teniendo ese ambiente de lugar sagrado, al ser precisamente en Covadonga, situado en el lugar, donde el rey Pelayo realizara el gran viraje de la guerra contra los árabes, lo que significaría un símbolo de la independencia española. Como muchos afirmaron en aquel entonces que la batalla se ganó gracias a la divinidad, se construyó una ermita en el lugar, y los Picos de Europa continuaron siendo un lugar divino y de peregrinaciones.
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