EL FUEGO GRIEGO EN BIZANCIO

El historiador Teófanes cuenta que en el año 673,Calínico entregó al emperador de Bizancio el fuego griego durante el sitio a la ciudad por los árabes. El poder que alcanzó este soberano fue tal, que se convirtió la receta del fuego en un secreto de estado, y solo se trasmitía a personas de estricta confianza con acceso a los laboratorios ocultos, los que, por supuesto, también eran un secreto.

Entre sus formas de uso, estuvo el de proyectarlo como chorro a través de tubos situados dentro de esculturas de dragones, lo que llevó a la creencia de que los dragones arrojaban fuego realmente, sobre todo los empleados como mascarones en los barcos.